En mi casa nos levantamos a las 7 de la mañana porque a las 8 y media entra el mayor y a las 9 el peque, con lo que tenemos una hora para desayunar, dejar las camas hechas y las cosas un poco recogidas y lo más difícil: vestirse
Toda una auténtica odisea mientras son pequeños que siempre ha sido nuestro caballo de batalla. Creo que con sólo deciros que el peque alguna vez ha entrado en el coche en calzoncillos os lo podéis imaginar, grrrrrr ¡qué desesperación!
Me pregunto si esto le pasa a todos los padres.
Cuando eran más pequeños, que si este jersey no me gusta, que si me pica, que si no me vale, que si las zapatillas (elegidas y reelegidas por ellos mismos en la zapatería el día anterior) me aprietan, que si quiero chándal ¡Ay, los chándals! Hasta cierta edad es lo único que quieren ponerse, los zapatos ya ni los compro hace tiempo porque es tirar el dinero.
Pero no acaba ahí la cosa, al peque por ejemplo le gustan grandes, y cuando digo grandes, es que se pondría los de su hermano. Con lo guapete que llevaba yo al mayor cuando era pequeñajo con sus vaquerines o sus pantalones de pana y camisa (sí, dicho así suena medio hortera, pero estaba muy guapo :P )
Bueno, el caso es que, el peque ahora, porque si os sirve de consuelo os diré que cuando crecen ya se vuelven (al menos el mayor) un poco más "elegantes", ya quieren ir más guapetes ¡bendita adolescencia!! aunque todavía hay cosas que no tragan, pero hasta le ha cogido prestada ropa a su padre, wowwwww ¿quién podía suponerlo? (Su padre no es tan mayor y viste juvenil, que conste, jejeje)... ¿por dónde iba? ¡Ah, sí! El peque se puede vestir, elegir él mismo sus vaqueros, su camiseta y su chaqueta y justo justo a la hora de salir, cuando ves que no sale, vas a su habitación y te lo encuentras tirado por el suelo rabiando en pura lucha con esos vaqueros que le tiran de aquí, le tiran de allá, le molestan....se pone más nervioso, aquello empieza a molestar más, después de tantos años has decidido que esto no supone ningún mal trago así que le dices que se lo quite y se ponga el chándal porque no llegamos, empieza a mal quitarse el vaquero, con el cabreo se le traba en los pies, no sale, tira, se cabrea, le da por pensar un segundo y lo saca con la mano y se pone encima el chándal, las zapatillas y agarra una sudadera con la esperanza todavía de haber dejado ayer en el coche la otra que le gusta más y piensas...¡adiós!¡por fin!!!....¡qué paz!!! uffffffff, me he vuelto a agotar y medio estresar sólo con contarlo. De verdad, ¿esto es cosa solo de los míos o también os pasa a alguien más?
Y sí, toda la psicología me explicaría lo que hago mal, lo incorrecto de mi actuación y tal y tal, pero ¡venga ya! a las 8 de la mañana teniendo que salir corriendo después de estar sobrados y cuando sucede cuando menos te lo esperas...es muy fácil aconsejar y todos tenemos defectos. Se ve que este es uno de los tantos míos
¡Feliz semana!
¡Me pasa lo mismo!No sé por qué por la mañana se tiene la sensibilidad a flor de piel que hay molestia hasta para el tacto de la falda, polo ¡y calcetines! del uniforme.¡Deseando que llegue gimnasia para ponerse el uniforme de chándal.¡Y para salir a la calle lo mismo, la primera cosa ancha que se pille del armario!
ResponderEliminarjajajajaja...¿quién inventaría los chándal??? A ver si iba a ser uno de estos, jajajajaja
EliminarUn saludo ;)