Si el día que nos dieron los resultados de las pruebas el psicólogo intentó ubicarnos en el tipo de padres que eramos por nuestra reacción...ufff....igual desequilibramos las estadísticas porque pienso que dimos todos los perfiles posibles por momentos...o quizá es lo que yo pienso y rápidamente nos haya situado....pero vamos, a lo que voy es que pasamos de la emoción por lo que se suponía, a la incredulidad porque era cierto, de la alegría porque se supone que es una buena noticia, al miedo porque quizá no lo es tanto, del desconcierto total y absoluto a....yo que sé...Hubo un momento incluso en qué pensé : "¿Pero no vinimos porque mi hijo estaba deprimido??¿Qué pasa ahora??¿Ya no hay depresión??¿Qué es estooooooo???"
Dios mío, sé que no debo quejarme, y tampoco lo hago, por supuesto, hay muchas cosas peores que pueden pasarte en la vida, pero...la verdad....no hay información apenas sobre superdotados, y lo digo yo que estudié Magisterio.
La mayoría de la gente piensa que un superdotado es ese niño con chaleco de rombos, gafas y repeinado para un lado que es capaz de hacer increíbles cálculos matemáticos o descubrir los grandes misterios del universo así, sólo por serlo, por la ciencia infusa....y como decía una maestra que tuve de niña:
"La ciencia infusa se acabó con Adán y Eva"
No hay comentarios:
Publicar un comentario