Sí, así fue como el psicólogo del colegio empezó a ayudarnos.
Días antes la maestra de mi hijo me llamó porque estaba preocupada ya que últimamente veía a mi hijo "obsesionado" por el fútbol. Había comenzado a jugar en un equipo local unos años antes, para sorpresa nuestra, porque cuando era pequeño ni siquiera miraba los balones. Recordamos haber bromeado diciendo:
"Este niño no nos saca de pobres como futbolista porque ni mira para los balones"....
pero en ese momento habíamos llegado al punto de que estaba "obsesionado"
La verdad es que al principio no le dí mucha importancia, es más, pensamos que quizá incluso la maestra exageraba un poco. A pesar de que nos decía que no sabía como hacerlo porque cada vez que mandaba un trabajo o pedía un ejemplo, el acababa llevando todo a ese terreno. Puedo deciros que, hacía aquellas colecciones de cromos de fútbol, esas que son por lo menos 500 cromos para completarlas y los papás de sus amigos se sorprendían porque sabía tooodos los que le faltaban (podían ser más de 200) sin mirar el álbum ni nada, pero nosotros lo veíamos normal porque estaba todo el día "mirando" o quizá "estudiando" el álbum.
Aún así la maestra me pidió que lo observara y si tenía algún problema contara con ella.
Por aquel entonces habíamos empezado a tener algunos problemas con el trabajo y yo, que me había dedicado sólo a ellos desde que nacieron empecé a trabajar. Esto supuso un cambio de vida para todos, pues ya tenían que estar en casa de los abuelos, y las semanas que yo trabajaba de tarde apenas nos veíamos, además su padre trabajaba fuera de la ciudad, con lo que, lo que hasta entonces había sido normal, ahora sólo lo era los fines de semana.
Total,, que unos días más tarde, cuando llegué del trabajo a las 11 de la noche, me lo encontré en la cama, despierto, y empezó a desahogarse con todo el sufrimiento que llevaba dentro.
Creo que nunca olvidaré aquella angustia que el pobre vivía y la entereza con que me contaba su sufrimiento.
Él entendía perfectamente que yo tenía que trabajar, que era lo mejor para la familia porque lo necesitábamos, quería mucho a sus abuelos, sabía que todo era normal, que casi todas las mamás de sus amigos trabajaban...pero tenía una angustia que le hacía sentirse mal y no podía controlarla.
Ahí fue cuando recordé las palabras de la maestra: "si tienes algún problema..."
Lo primero que pensé era que mi hijo tenía depresión y era una de las cosas que menos deseaba en el mundo, así que a la mañana siguiente, le llevé al colegio y hablé con la maestra. Le dije lo que había pasado y que si todavía podía ayudarme el psicólogo del colegio estaba dispuesta porque si lo llevaba al médico tardarían mucho en mirarlo y además probablemente no me solucionarían nada. Ella estaba de acuerdo y ese mismo día habló con él y con la jefa de estudios del centro.
La suerte fue que en la clase de mi hijo había niños con otros problemas por lo que el psicólogo fue a la clase esa misma mañana y habló con mi hijo.
La jefa de estudios pensó que no era un caso que tuviese que ver con la educación o el colegio y que era algo de fuera del ámbito escolar, pero, afortunadamente el psicólogo no estuvo de acuerdo con ella y decidió que iba a "mirar" el caso, porque al hablar con el niño le notó una gran madurez para la edad que tenía y quería hacerle unas pruebas.
Con todo esto el equipo psicopedagógico del centro nos llamó para hacernos una entrevista sobre el niño y su desarrollo hasta ese momento y para pedirnos permiso para hacerle "unas pruebas".
Con todas las preguntas que había hecho y, después de que yo había estudiado magisterio aunque nunca ejercí, le dije:
- ¿Las pruebas de superdotado?
Él se sorprendió y me dijo:
-Pues sí ¿Cómo lo has sabido???
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