Esta semana llegará la Navidad y con ella las notas del primer trimestre así que mi deseo para "algunos" papás y mamás, y sobre todo para sus hijos son unas del estilo a las de la imagen.
No lo digo de broma, quizá tampoco me importase que los míos las trajeran así pero sé que sólo se parecerán un poco y total, como he dicho muchas veces, no es ese mi gran sueño.
¿A qué viene esto? Pues os cuento algo que os prometí hace un tiempo pero no había hecho pensando que quizá eran cosas mías.
Resulta que mi hijo mayor este trimestre y en 4º de la ESO nos sorprendió a todos con un 10 (voy a remarcarlo un poco que me hace ilusión, jajajaja) en un examen de matemáticas. Por supuesto vino todo ilusionado a contárnoslo porque no sacaba uno desde primaria y tampoco se lo esperaba porque sacar una nota de estas en secundaria tiene que ver con otras cosas de las que hoy no voy a hablar. El caso es que le dimos la enhorabuena y le repetí mi famosa frasecita:
"¿Ves como no pasa nada? Muy bien, me alegro un montón"
Pero resulta que sorprendentemente sí pasó algo. Me pasó a mi para más datos. Teníamos la primera reunión de padres con el tutor y al terminar, uno de los papás, uno que conocía porque su hijo había sido compañero del mío durante todo Infantil y toda Primaria, y además sacaba muy buenas notas, uno que sabía la "historia" de mi hijo por haber sido compañeros y porque asistió incluso a alguna de las charlas de la asociación, se acercó a mi para preguntarme:
-"Tu hijo iba a alguna extraescolar de matemáticas o algo ¿verdad?"
-"Tu hijo iba a alguna extraescolar de matemáticas o algo ¿verdad?"
-" Noo...¿qué lo dices por el 10 del examen? (había sido esos días y las notas las dicen en clase) Coincidió y estamos muy contentos pero ¿sabes qué le dice su hermano? Ahora ya sólo puedes sacar peor nota así que..."
O sea, que en principio no me lo tomé mal, fue después al pensarlo.
Al llegar a casa le pregunté a mi hijo si su compañero le había dicho algo porque me había sorprendido el comentario de su padre y me dijo que no, que no había problema entre ellos, que su compañero había sacado menos pero no pasaba nada, así que ahí quedó la cosa.
Han hecho más exámenes después y empezó la..."¿competitividad?"...seguramente esa es la palabra. Al mío no se le ocurrió otra cosa que empezar a estudiar algo este curso (esperemos que siga así claro) y sacó alguna vez más, notas más altas que el compañero en cuestión en algún examen y ahí el otro chico ya empezó a "mosquearse". El mío llegó a casa diciéndome que, al parecer sí que se enfadaba cuando sacaba más y se alegraba cuando el mío sacaba menos. ¡Alucinante a estas alturas!
Creo que puedo decir que "afortunadamente" he intentado enseñar a mis hijos lo que yo considero importante, que por supuesto no tiene por qué ser lo correcto. Entiendo que esos padres quieran lo mejor para su hijo como yo lo quiero para el mío, sólo que lo hacemos de manera diferente. En mi opinión personal (repito: opinión personal) creo que ese niño nunca podrá sentirse realmente satisfecho consigo mismo porque, como tantas veces he dicho a los míos, siempre habrá alguien, en algún momento, en algún lugar, que sea mejor que tú en alguna cosa...siempre hay algo que aprender... Intento que, aunque a veces pienso incluso que puedo equivocarme por como está el mundo, que mis hijos sean críticos, que formen su propia opinión y que entiendan que para conseguir unas cosas son necesarias otras, determinados pasos...en esto quizá esos padres y yo somos iguales pero ellos exigen más. Si quieres estudiar una determinada carrera necesitarás una determinada nota para poder acceder, con lo cual, tendrás que estudiar e intentar sacar las mejores calificaciones, hay que esforzarse e intentar dar lo mejor de uno mismo...no ser mejor o peor que otros. ¡Cuántas veces he tenido que convencerlos de que no tienen que ser peor que los demás para que ahora me vengan con estas!!
Por eso, por esta razón, es por lo que os deseo a todos los papás que insistís en que vuestros hijos sean los "más mejores del mundo mundial" que os traigan esas notas esta semana. Pero sobre todo se lo deseo a vuestros hijos por la presión que tienen que soportar. He visto llorar desconsolados a niños y jóvenes por sacar un 9 o un 8 y medio por la presión de padres así. Lo siento, yo no quiero eso para mis hijos aunque tampoco quiero decirles que saquen menos y si esta vez vienen dieces, o sobresalientes, se llevarán su enhorabuena y les pediré que intenten mejorar todos los bienes, notables o incluso suficientes que puedan traer...y cruzo los dedos porque de momento al menos parece que no entramos en las estadísticas de fracaso escolar aunque sí algo en las de bajo rendimiento.
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