martes, 14 de abril de 2015

Concentrarse en la respiración para desarrollar la atención y más.

Cuando mis hijos eran bebés y estaban molestos o nerviosos por algo que se suponía no era hambre ni sueño, (bueno, en algún caso quizá sueño sí porque ya sabéis que, a veces, cuando tienen mucho sueño, les cuesta más dormirse y se ponen más latosines) me funcionaba un pequeño truco, mucho más con el mayor que era más tranquilo la verdad, con el peque me costaba más pero al final también me servía. Me tumbaba en el sofá o la cama y los tumbaba sobre mi abrazándolos y tapándolos en caso de que hiciera algo de frío y comenzaba a respirar profundamente de manera que los "mecía" con mi respiración, además de que se supone, escuchaban al tiempo el sonido de mi corazón, que también dicen que les relaja porque les recuerda el vientre materno. Todo esto en silencio y con luz tenue (a veces incluso a oscuras).
Con el peque me daba algo más de miedo porque al tardar más, yo también me relajaba, y tenía miedo de dormirme y que se cayera o algo así, quizá era un poco la pescadilla que se muerde la cola, que él sentía ese nerviosismo mío y por eso tardaba más también.

Empecé a hacer esto porque recordaba que, cuando yo era pequeña, a veces me acostaba antes de dormir un rato con mi madre. Ella, en lugar de contarme cuentos me contaba historias de su vida y me encantaba, y si no podía dormirme, me concentraba en su respiración e intentaba coger su ritmo. Los mayores respiraban más...¿lento? o más largo, no sabría describirlo exactamente, así que me tenía que "esforzar" por hacerlo a su ritmo, con lo que al final me dormía plácidamente. Así que se me ocurrió una vez con el mayor, añadiéndole lo de que su cabecita estuviera apoyada escuchando mi corazón y así conseguía que se durmieran tranquilitos.

¿Por qué cuento todo esto? Pues porque un lector del blog hace unos meses, me comentó que, quizá para estos niños sería bueno practicar algo de relajación o meditación y me recomendó leer algo sobre "Mindfulness".
Comencé a buscar información y me di cuenta que, en realidad era algo que, sin saber que se trataba de eso que llaman mindfulness, o meditación, yo llevaba años practicando. Últimamente menos, también es verdad. Así que le dije que escribiría sobre ello y, aunque ya hace tiempo de eso, aquí estoy con el tema.

El mindfulness es meditación, es prestar atención "consciente", concentrarse en la respiración.
Me recomendó leer algo de Jon Kabat-Zinn pero lo que encontré en la biblioteca fue este libro:
El niño atento. Mindfulness para ayudar a tu hijo, de Susan Kaiser Greenland.

Al leer sobre el tema me di cuenta que es cierto que quizá pueda ayudar a muchas madres que comentáis lo difícil que es que vuestros hijos/as se duerman o relajen. Simplemente (y difícilmente también, porque cuando una está tensa no es tan sencillo concentrarse en la respiración profunda) se trata de respirar, de ser consciente de nuestra respiración y concentrarse en ella, en cómo el aire entra en nuestros pulmones frío y sale más caliente después.

"El uso de la respiración consciente para sosegar su cuerpo y concentrar su mente les permite ver con más claridad la información que, procedente del mundo exterior, les llega a través de sus canales sensoriales, es decir, de los cinco sentidos"

En el libro da algunos ejemplos de cómo poder practicar la meditación tanto los adultos, como los adultos con los niños y, ello a través de juegos como por ejemplo el de toda la vida de "Simón dice" en el que los niños tienen que concentrarse en lo que se dice para realizar o no determinadas acciones (con lo que también puede hacerse en el cole) .
En otro ejemplo tratan de imitar los buenos deseos como si fueran superpoderes, en otro se trata de crear poemas de buenos deseos en los que no importa la metrica ni la rima, sino que la imaginación pueda volar libremente. Este es de un niño:

"Deseo que mi vida sea tranquila.
Deseo que mi vida sea exitosa.
Deseo que mi hermana se tranquilice.
Deseo sentirme seguro
y que mi vida esté llena de emociones"

Por ejemplo para hacer en casa, nos invita a "ser conscientes" de la toma de una taza de chocolate con nuestros hijos, hacerles ver cómo sienten la taza entre las manos y contarles lo que sentimos nosotros, si está caliente, si humea, si huele...Os recomiendo leer el libro porque el ejemplo del juego llamado "Comer una pasa" es increíble. ¡La cantidad de cosas de las que no somos conscientes!!!

En el cole se puede utilizar otro que llama "El medidor mental". Su objetivo consiste en identificar y descubrir las impresiones sensoriales del momento. 
Para ser conscientes del momento presente propone por ejemplo el juego del hola, en el que los niños en círculo van diciendo al compañero de al lado mirándole a los ojos "Hola" seguido de lo que sienten en ese momento. Por ejemplo: "Hola. Tengo el hombro tenso", o también "Hola. Mis calcetines son muy suaves".

Todos sabemos que los niños de hoy en día viven en un "no parar", siempre hablamos de la vitalidad que tienen, pero ¿alguna vez les hemos enseñado a "detenerse"? ¿Les hemos enseñado a relajarse y controlarse o esperamos que lo hagan simplemente?
Sobre todo con mi hijo mayor en clase, sus profes de primaria, utilizaban técnicas de relajación y atención que le encantaban a él y, sino a todos, a la mayoría de sus compañeros.
Durante mis prácticas de magisterio, cuando veíamos que los niños estaban más alterados de lo normal (todos tenemos días) aprovechábamos para hacer determinados ejercicios de concentración, atención y relajación (hablo de peques de 3 añitos) y ¡funcionaba!. Se relajaban y podían concentrarse de nuevo en las tareas.
Así que, no importa si lo llaman mindfulness, meditación, yoga, relajación, concentración...o de cualquier manera (pido perdón a los expertos en estas materias porque seguro que existen diferencias entre cada una de ellas) pero creo que es algo útil que sería bueno tener en cuenta, tanto padres como maestros y profesores.
En la red he encontrado este vídeo de Yolanda Calvo Gómez, con el que podéis acercaros a todo esto y practicarlo con vuestros peques al tiempo. Seguro que tarde o temprano llegáis a "Tranquilandia"
y seguro que merece la pena ;)





Por otro lado, para los que queréis informaros un poco más sobre los estudios científicos que se están llevando a cabo y que tienen que ver con la meditación y el aprendizaje os recomiendo también este vídeo de media hora de Punset que, aunque es de hace años creo que es bastante interesante:

Redes 50: Meditación y aprendizaje


martes, 7 de abril de 2015

También es lógico ¿no?

Creo que os he dicho más de una vez que mis hijos son capaces de hacer "fácil lo difícil y difícil lo fácil", y muchas veces trataba de encontrar ejemplos para intentar explicaros esto pero no era capaz del todo. Bien, creo que por fin he encontrado algo que puede servir más o menos y ha sido con un material que seguro que la mayoría conocéis porque creo que todos los hemos usado: los cuadernillos Rubio.


En alguna ocasión creo que os hablé de como los maestros pueden pensar que los niños de Altas Capacidades les toman el pelo, que incluso parecen "tontos" porque les cuesta dar respuesta a cosas que parecen de lo más normal y sencillo pero que, si te das cuenta, y les escuchas, ves que su versión no está tan alejada de la realidad y puede ser perfectamente posible. Por ejemplo, estas vacaciones mi hijo pequeño tenía que hacer unas operaciones y unos problemas de estos cuadernillos de Rubio. Entre los problemas nos encontramos con este:


y surgió la duda. Algunos pensaréis ¿qué duda? Está clarísimo. Pues no, su duda era:
"Mamá, dice que compramos 5 metros de tela a 27,5 el metro y 8 metros a 31,6. Pero eso es los 8 metros a 31,6, todos, o también cada uno."
¿Está mal planteado? ¿Cómo lo hubiera solucionado si no me hubiese preguntado? Quizá mal para lo que todos suponemos, pero tampoco podría considerarse equivocado con el enunciado ¿verdad? 

Otro ejemplo:


Y la pregunta: "¿Los 24 euros eran de esos 575 o eran aparte?" Si lo piensas bien, también tiene razón. Mi respuesta a ambas preguntas fue algo así como, "tú piensa que ellos usan la lógica normal, que no se complican" 
Después, cuando nos hacemos mayores, muchas veces nos sorprendemos porque nos pillan en esas especies de acertijos lógicos que no podemos ver porque estamos acostumbrados a dar por sentado cosas de este tipo que podrían resolverse perfectamente de ambas maneras y, realmente no podrías dar como "mala" ninguna de las respuestas yo creo ¿no?

Lo mismo que ocurre con esto pasa a veces al revés. Hay maestros que se piensan que han copiado en un examen porque dan la respuesta correcta sin haber puesto las operaciones que le han llevado a ella y, claro, lógicamente, piensas: "Sí hombre, por arte de magia lo has sacado tú", pues resulta que no, que no es arte de magia ni tampoco ciencia infusa como digo muchas veces, es esa capacidad que tienen de ver una solución de la manera más simple. Por ejemplo, en otro de los problemas que había (y que perdón pero no me di cuenta de fotografiar y no tiene aquí) se dividía algo en tres partes, una se apartaba y de las otras dos no sé si una se metía en jarras de dos litros...bueno, total que el resultado era también el mismo que el primer tercio. Él lo vio al vuelo porque "mamá, es normal, si tienes 3/3 y quitas 1 y el otro lo divides te queda igual" (Seguro que con esta explicación os he liado más de lo que me lié yo, pero era así de sencillo, una vez que él me lo explicó claro, yo tuve que pensarlo un poco más)

Y para terminar, hablando de cosas así y como pueden sentirse ellos en este sentido contaré algo que recuerdo de mi niñez. No sé exactamente cuantos años tenía pero era pequeña y estaba en primaria. La maestra nos preguntó si el viento tenía fuerza. Recuerdo que empecé a pensar: "Bueno, algo tiene porque mueve las hojas, pero a mi no me tira, así que no tiene fuerza...además, también depende qué tipo de viento..." y mientras estaba en estas me preguntó a mi, así que mi respuesta fue 
-"No, no tiene fuerza" 
-"¿Qué no tiene fuerza? ¿Y cuando tira árboles y casas? ¿No crees que sí tiene fuerza?" 
-"Anda claro", pensé, "qué tonta estoy. Mis compañeras pensarán que soy boba porque ya me vale...pero claro, es que eso son los huracanes, tampoco es el viento normal"
Afortunadamente la profe era de las buenas y me preguntó que quizá yo había pensado en un viento más suave o una brisa, que claro, tienen menos fuerza...
Pero así es como puede sentirse un peque de Altas Capacidades y como podemos ayudarle o todo lo contrario. Esa es la pequeña gran diferencia, ese modo de pensar rápido que ve todas las posibilidades al tiempo. Por eso creo que es tan necesario escucharles, entenderles, ayudarles y atenderles.
Espero que este ejemplo pueda ser útil para todos los que no entienden estas cosas "raras" de los niños de Altas Capacidades, porque supongo que no sólo sea cosa de los míos.

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